Invertir en Formación beneficia a las empresas

Siguiendo con lo comentado en entradas anteriores, es necesario entender la formación organizacional como elemento esencial dentro de cualquier empresa. Adaptarse a los cambios organizacionales, especializarse con el desarrollo de competencias y habilidades específicas, reciclarse para seguir mejorando o innovar para afrontar nuevos es primordial para desarrollar el trabajo de la manera más eficiente y productiva posible.

La formación en las organizaciones debe perseguir la mejora y el desarrollo del capital humano, permitir la consecución de ventajas competitivas sostenibles y ayudar a que la organización afronte los cambios del entorno con éxito para asegurar la supervivencia de la misma. Siguiendo la literatura, se podría decir que un Plan de Formación es un documento elaborado por una organización con la finalidad de asegurar la formación de su personal por un período determinado. Debe contener información referente a quién va dirigido, qué acciones formativas se van a realizar y conforme a qué necesidades, presupuesto del mismo, los resultados esperados y cómo será evaluado tras su aplicación.

Es en este punto donde recae la importancia de realizar planes de formación que se ajusten a las características de la organización adecuándose a la cultura y valores de la misma. El plan formación debe contar con las siguientes fases:

1. Requiere un análisis de la situación de partida para conocer la situación general de la organización y realizar un diagnóstico de las necesidades reales de formación.

2. Diseñar y planificar acciones formativas eficaces, enfocadas en un desarrollo posterior exitoso donde se cuente con los recursos, los métodos y las personas adecuadas para conseguir los objetivos que se persiguen.

3. Es importante realizar la evaluación final, recoger la información sobre los diferentes aspectos del plan de formación que permitan valorar los resultados obtenidos respecto a los objetivos planteados.

Los beneficios de una formación de calidad, acorde a las necesidades que presente el trabajador dentro de un determinado puesto se refleja tanto en la persona de forma individual como en la organización ya que constituye en ambos casos la mejor inversión para afrontar con éxito los retos que se presenten. Desde la organización, algunos de los beneficios a destacar serían:

• Favorece el enriquecimiento del capital humano dentro de la empresa con trabajadores más cualificados, que se refleja a su vez en el aumento de la productividad.

• Desarrolla productos y/o servicios de mayor calidad incentivando a sus empleados hacia la mejora e innovación en los procesos.

• Reducción de accidentes laborales con entornos de trabajo más saludables al promover la adecuación ergonómica a los distintos puestos de trabajo.

• Favorece la satisfacción laboral de los empleados, su motivación así como activa la participación de los mismos.

• Ayuda a transmitir los valores y la cultura organizacional facilitando la cohesión entre las personas que la componen.

• Se incrementa el compromiso con la empresa proporcionando mayor implicación con la misión que persigue la misma.

• Permite una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación laboral ante posibles contingencias.

• La empresa aumenta su competitividad, productividad, rentabilidad y calidad.

Beneficios de la formación en el personal:

• Mejora las competencias profesionales adquiriendo nuevos conocimientos, habilidades y destrezas.

• Aumenta la oportunidad de empleo y promoción interna dentro de la organización.

• Favorece la satisfacción laboral, disminuye el estrés y mejora la autoeficacia.

• Posibilita en conocimiento de nuevas tecnologías y métodos de trabajo, mejorando la eficacia dentro su área de trabajo.

• Permite al trabajador prepararse para asumir responsabilidades, tomar decisiones y resolver problemas con mayor eficacia.

En conclusión, la formación es un coste que deberían afrontar todas las organizaciones adaptándose a sus posibilidades y a los recursos disponibles ya que reporta numerosos beneficios. Por último, resaltar que una empresa que apuesta por la formación y el crecimiento de sus empleados también gana prestigio, mejora su imagen y resulta más atractiva a la hora de atraer y retener el talento.

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