¿Tu empresa está cambiando?
- Nortisur
- 14 feb 2018
- 3 Min. de lectura

Hoy en día, muchos empleados han visto como han tenido que cambiar su dinámica de trabajo por órdenes de arriba. Un día es un procedimiento más, al siguiente una tarea más y, cuando nos damos cuenta, estamos llevando a cabo nuestras funciones de forma totalmente distinta a como las hacíamos hace un mes. Si esta historia os suena, habéis vivido un cambio en vuestra empresa y quizá ni lo sabía.
Los cambios culturales, bursátiles y económicos pueden provocar cambios en nuestra empresa. Tienen que adaptarse a los vaivenes del mercado para seguir obteniendo beneficios y mantenerse a flote. Para llevar a cabo un cambio, es necesario:
1) En primer lugar, un análisis de la situación de la empresa. Debemos saber por qué queremos cambiar, qué queremos cambiar y cómo lo vamos a cambiar. Para llevar a cabo la recogida de datos, se deben obtener información de las características de cada departamento, a través de personas clave de la empresa –personas que tengan un grado de influencia sobre los demás. Todo aquello relacionado con el clima laboral, la motivación de los empleados y el feedback de nuestros clientes es clave para este primer análisis (siempre con mucho cuidado de no levantar falsos rumores sobre los empleados). Una vez visto esto, se diseña el objetivo del programa de cambio (por ejemplo, la nueva misión de la empresa, la visión y sus valores para que encajen en su nuevo paradigma).
2) Posteriormente, se debe planificar el proceso de cambio; justificando los nuevos valores de la empresa y diseñando medidas que nos acerquen a nuestros objetivos. Suelen estar relacionadas con la comunicación interna de la empresa, la imagen corporativa, las campañas publicitarias y el trato con los clientes. Se suele diseñar un cronograma en el que se marquen los tiempos de actuación del programa de cambio organizacional.
3) Así es como se entra en la intervención del proceso de cambio. En esta fase se ponen en marcha las medidas estudiadas con anterioridad, anunciando el proceso de cambio en la organización y explicando dichas medidas con claridad en cada departamento, asegurándonos de que las tomen con seriedad y no como una charla orientativa. Es recomendable llevarlas a cabo en orden descendente, comenzando a aplicarlas por los directivos, posteriormente a rangos intermedios y finalmente al resto de empleados. Si es necesario, también pueden llevarse a cabo talleres formativos para afianzar el cambio en las tareas de los trabajadores. Aquí es donde más sufren los empleados, ya que suelen surgir dos tipologías. El empleado rígido que se opone al cambio y realiza a cabo sus funciones como siempre; y el empleado flexible que se esfuerza en cambiar su metodología de trabajo para ajustarse a su nuevo rol en la empresa.
4)Tras llevar a cabo estas medidas, se realiza un seguimiento de las mismas, comprobando que todo se está realizando tal y como se planeó, resolviendo las posibles incidencias y dejando que las medidas surjan efecto.
5)Finalmente, debemos realizar un proceso de evaluación del programa de cambio para comprobar si ha sido efectivo, si ha cumplido con sus objetivos, los costes que ha ocasionado y cómo se podría optimizar en el futuro. También debemos volver a realizar la evaluación del clima laboral y la motivación de los empleados para comprobar que no haya desgastado a nuestros trabajadores.
Ya lo estás viendo: si en tu empresa están cambiando la forma de trabajar, estáis recibiendo formación para que podáis asumir nuevas funciones, os están preguntando por vuestro compromiso u os han facilitado nuevas herramientas para la comunicación interna, tu empresa está cambiando! Pero no te preocupes, escucha a los demás, esfuérzate, empatiza e intenta cambiar tu forma de trabajar. Seguro que, en el futuro, tu empresa lo tendrá en cuenta.
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